A partir de los 30 años la piel empieza a sufrir un proceso de envejecimiento acentuado por factores externos, nuestro medio de vida y el daño provocado por la radiación solar y radicales libres. Disponemos de tratamientos para revitalizar la piel, retrasar y prevenir el daño a la misma con el aporte de ácidos hialurónicos no reticulados y cóckteles vitamínicos que van a provocar un efecto de rejuvenecimiento e hidratación en nuestra piel además de prevenir el envejecimiento cutáneo.